Descubrimiento anticipado por visión mística de una casa principesca en Jerusalén

Entre 1943 y 1954, la mística católica italiana Maria Valtorta recibió más de seiscientas visiones de la vida de Jesús en Tierra Santa. Hubo que esperar a las décadas siguientes para que los investigadores pudieran verificar uno a uno los miles de detalles fácticos que contenían y constatar su extraordinaria exactitud. Pondremos aquí el ejemplo de la casa principesca de Lázaro, el hermano de Marta y María de Betania y amigo de Jesús. Lázaro aparece mencionado en la Biblia cuando Jesús lo resucita (cf. Jn 11,1-44). La ubicación y la descripción del palacio de Lázaro le fueron reveladas a Maria Valtorta antes de ser conocidas y confirmadas, por casualidad, por los científicos.

La resurrección de Lázaro, de Duccio (1310-1311), Museo de Arte Kimbell /© Wikimedia

Razones para creer:

María Valtorta hizo una descripción muy precisa de una de las fincas propiedad de Lázaro (visiones 372 y 375, recibidas en 1946). Los detalles de su ubicación permitieron a Hans J. Hopfen (1904-1997) situar el edificio en Jerusalén, no lejos del muro occidental del Templo.
En 1983, arqueólogos de la Universidad Hebrea de Jerusalén realizaron excavaciones en esta zona y descubrieron los restos de una "casa principesca" a sólo treinta metros del lugar que había indicado Hans J. Hopfen diez años antes, basándose en los escritos de Maria Valtorta.
El edificio, junto con muchos de los objetos encontrados, data en realidad de la época de Herodes. Hay una serie de detalles que concuerdan con los escritos de Maria Valtorta, como el tamaño y la decoración de cada habitación - en particular, una habitación singular cuyas paredes y columnas son totalmente rojas.

Resumen:

Maria Valtorta fue una mística católica italiana nacida en 1897 y fallecida en 1961. Ingresó en la Tercera Orden de los Servitas como terciaria y llevó una vida de oración, retirada del mundo, en su casa de Viareggio, confinada en su cama debido a continuos sufrimientos físicos. Entre 1943 y 1954, recibió cientos de visiones y dictados de Cristo, María, algunos santos y su ángel de la guarda.

Sus "revelaciones privadas" incluían un repaso detallado de la vida de Jesús a través de más de seiscientas visiones envolventes. Traducidas a veintinueve idiomas, también disponible en español con el títuloEl Evangelio como me ha sido revelado. A petición de Jesús, describió minuciosamente los escenarios (topografía, arquitectura, costumbres, fauna, flora, condiciones meteorológicas, observaciones astronómicas, etc.), retrató a las personas (nombres, orígenes, funciones, fisonomía, temperamento, etc.) y transcribió, palabra por palabra, sus diálogos.

De hecho, tras la muerte de Maria Valtorta, investigadores de varios países empezaron a revisar las miles de páginas dejadas por Maria Valtorta, línea por línea, para comprobar los detalles que contenían.

Tomemos un ejemplo: el Palacio de Lázaro.

Las transcripciones de María Valtorta nos dicen que Lázaro (el amigo a quien Jesús resucitó cuatro días después de su muerte, véase Jn 11, 1-44) era el hijo heredero de Teófilo, un prosélito sirio nombrado gobernador de Siria por los romanos, y de Eucheria, una mujer de Judea descendiente del rey David. Esta posición social le convirtió en el hombre más rico de Israel. Además de su finca en Betania, Lázaro poseía varias dependencias, entre ellas una suntuosa en el corazón de Jerusalén. Jesús lo visitó varias veces durante su vida pública. En estas ocasiones, María Valtorta hizo una descripción precisa del edificio y de su ubicación (cf. visiones 372 y 375 recibidas en 1946).

"La residencia de Lázaro se alza sobre una de las tantas elevaciones del suelo que hacen de las calles de Jerusalén, especialmente de las menos bonitas, una ondulación continua. Está casi en el centro de la ciudad, pero ligeramente retirada hacia el suroeste. Construida en una bonita calle que termina en el Sixto, formando con ella una T, domina la ciudad baja. Tiene, en frente, Beceta, Moria y Ofel, y, detrás de éstos, la cadena del monte de los Olivos; en la parte de atrás, perteneciente ya al lugar en que está construida, el monte Sión; mientras que, por el lado sur, la vista se extiende hacia las colinas meridionales, y al Norte, Beceta oculta buena parte del panorama. Pero, allende el valle de Guijón, la cabeza calva del Gólgota emerge amarillenta - siempre lúgubre, incluso con esta luz alegre - bajo el rosicler de la aurora. [...] Hay muchas salas y cámaras. Estaremos juntos, siguiendo el rito. ¡Acepta, Señor! El palacio tiene habitaciones que pueden albergar al menos a doscientas personas, divididas en grupos de veinte". (Maria Valtorta, El Evangelio tal como me fue revelado, cap. 372.2&6)

En 1975, el ingeniero alemán Hans J. Hopfen (1904-1997), que se había dedicado a reproducir el mapa de Tierra Santa y Jerusalén basándose en las descripciones de la mística, indicó en su plano el edificio donde habría estado dos milenios antes.

En 1983, un equipo de arqueólogos de la Universidad Hebrea de Jerusalén excavó la zona no lejos del muro occidental del Templo, en el barrio judío de la Ciudad Vieja. Allí descubrieron los restos de una "residencia palaciega" y numerosos objetos, que databan de la época de Herodes, a treinta metros del lugar indicado por Hopfen diez años antes (cf. Nahman Avigad , Descubrir Jerusalén ed. Thomas Nelson, 1983). El palacio está situado en el punto más alto del monte Sión, a 757 m de altitud, único lugar desde el que se divisa el panorama descrito por María Valtorta.

El edificio de 600 m² y sus estancias (un atrio cuadrado de mármol blanco pavimentado con mosaicos, un patio pavimentado de 64 m² con un estanque central, una sala ceremonial de 11 × 6,5 m con frescos grecorromanos, una terraza panorámica, etc.) corresponden exactamente a las visiones que Maria Valtorta recibió en 1946.

Sorprendente y confirmadoramente, los arqueólogos descubrieron una única sala de mármol rojo. En la visión 375, Maria Valtorta señaló la singularidad de una de las habitaciones con paredes rojas:

"Así, en la espléndida, regia sala roja, cuya bóveda apoya en dos columnas de pórfido rojo, entre las cuales ha sido colocada la larga mesa, están sentados los campesinos de Jocanán, junto con Margziam e Isaac, más otros discípulos, hasta completar el número adecuado" (Sección 375.3).

Además, el refinado estilo grecorromano hallado en el yacimiento descarta la posibilidad de que el propietario del mismo fuera judío de nacimiento (lo que no es el caso de Lázaro, cuyo padre era prosélito).

Este yacimiento arqueológico se convertiría más tarde en el Museo Wohl de Arqueología.

Fabrice-Marie Gagnant