Cómo se reveló Cristo en la vida de Aïsha
Aïsha, una joven musulmana, tuvo una infancia difícil. Pero a los 12 años, mientras veía la película Jesús de Nazareth ocurrió algo en su interior que no puede explicar. Al oír el nombre y las palabras del Señor, una voz interior le habló, y ella escuchó atentamente esa voz suave y tranquilizadora. Aunque más tarde tuvo otros momentos que le evocaron a Cristo y se sintió atraída por él, no pensaba ir más allá. Pero a los 21 años, cuando estaba a punto de quitarse la vida, oyó una voz que la convencía de lo contrario. Este último encuentro fue decisivo: desde entonces, Aïsha se ha convertido en discípula de Cristo, y en testigo de Él.
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Razones para creer:
- El testimonio de Aïsha es sólido y equilibrado. En un libro publicado el año pasado en francés, cuenta la historia de su asombroso viaje.
- Desde los 10 años, una serie de signos coherentes la condujeron por el camino de Cristo. A los 21 años, tuvo un encuentro decisivo con Jesucristo, un día en que una voz la llamó y la disuadió de quitarse la vida.
- Ese momento la llevó a cambiar de vida y convertirse al Señor Jesús.
- Desde entonces, nada ha sido fácil, pero los pensamientos suicidas la han abandonado. Sabe y da testimonio de que Cristo está con ella.
Resumen:
He aquí el testimonio que nos envió Aïsha:
"Me llamo Aïsha y era musulmana practicante, pues nací y crecí en una familia musulmana. Pero un día, el Señor Jesucristo se me reveló y me llamó.
Tuve una infancia difícil y llena de preguntas sobre la eternidad. Pero un día, cuando tenía unos 12 años, mientras veía la película de Franco ZeffirelliJesús de Nazareth, me ocurrió algo que no podía explicar. Al oír el nombre y las palabras del Señor, una voz interior me habló y escuché atentamente esa voz suave y tranquilizadora.
Ese momento decisivo me llevó a reunir todas las preguntas que me había estado haciendo sobre Jesucristo: ¿y si él era la respuesta a mis muchas preguntas? Desde los 10 años, tenía la sensación de estar teniendo experiencias sobrenaturales, y todas estas experiencias giraban en torno al Señor Jesucristo. Recordaba varias "señales" que había recibido, por ejemplo:
Cuando estaba en 6º de primaria, todos los días a la misma hora pasaba un camello con esta frase escrita en la parte trasera de su calesa: "NINGUNA RELIGIÓN SALVA; SÓLO JESUCRISTO SALVA". Un día me dije que aprovecharía su próxima visita para hacerle algunas preguntas. Pero una vez que tomé esa decisión, no volvió a venir, y eso me entristeció mucho.
En 4º curso, mi profesor de inglés siempre nos hablaba del Evangelio de Jesucristo, y era como si este profesor tuviera un interés especial en mí. Cuando me unía a mis compañeros para divertirme (música mundana y cosas por el estilo...), él me pedía que no lo hiciera, y yo me preguntaba: "¿Por qué yo y no los demás?". No entendía por qué no hacía el mismo comentario a los demás.
Cuando estaba en el último curso de secundaria, un vecino de mi barrio no paraba de decirme que estaba llamada a servir a Jesucristo. Yo le respondía que era musulmana, pero él no cedía, diciéndome que estaba llamada a servir al Señor, y que un día le buscaría para dar testimonio de lo que me decía. Y, efectivamente, ¡hoy me encantaría encontrar a ese vecino!
Entonces llegó aquel día terrible en que, tras un calvario humillante, decidí poner fin a mi vida. Entonces, una voz me llamó y me dijo : "Aïsha"; yo respondí: "Sí" ; la voz me dijo: "Levántate, camina y ve adonde yo te indique". Me levanté y fui adonde la voz me llevó: a una iglesia evangélica. Y así empecé a frecuentarla, hasta el día de hoy. Sin poder explicarlo ni admitirlo ante mí mismo, sentía amor por las cosas del Señor: me gustaba asistir a las reuniones evangélicas que se celebraban en la escuela a la que asistía. Me encantaban los cantos de alabanza y adoración.
Poco después de ser llamado, a la edad de 21 años, se me dio a entender que había sido objeto de un sacrificio maligno, pero comprendí que el Señor había anulado el alcance de este acto el día en que me llamó, aunque, después, creo que Satanás reclamó mi alma varias veces, y que las personas que estaban detrás de este sacrificio siguieron queriendo hacerme daño. Pero el Señor velaba por mí noche y día con sus ángeles. Todo iba según las palabras de la profecía que él mismo me había dado 19 años antes: "No morirás, sino que vivirás y anunciarás las obras del Señor" (Sal 117,17).
A día de hoy, me parece estar experimentando cosas que no pueden explicarse en términos humanos. Me doy cuenta de la gracia que supone conocer a Jesucristo, que es "el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn 14,6 ), contar con su protección cada día y tener toda esta experiencia que me da la seguridad de mi salvación".
Más allá de las razones para creer:
Se dice que la película Jesús de Nazareth la han visto más de mil millones de personas (incluyendo cine, televisión, DVD y múltiples versiones en Internet).
Ir más lejos:
El libro De l’islam à la Croix de Jésus Christ (Del Islam a la Cruz de Jesucristo) autopublicado en 2022, cuenta la historia de Aïsha.
Más información:
La película Jesús de Nazareth de Franco Zeffirelli (1977).