Gietrzwald (Polonia)
Del 27 de junio al 16 de septiembre de 1877
Las apariciones de Gietrzwald en auxilio de una minoría perseguida en Polonia
En 1871, la Prusia protestante inició una política de discriminación de los católicos (Kulturkampf de Bismarck), sobre todo en los territorios anexionados de Polonia. En este tenso clima político se produjeron las apariciones de Gietrzwald: entre junio y septiembre de 1877, la Virgen María se apareció 160 veces a dos jóvenes polacas y las invitó a rezar por el fin de la persecución de los católicos. Las apariciones dieron inmediatamente admirables frutos humanos y espirituales en toda la región (fe, paz y curaciones).
Basílica de la Natividad de la Virgen María en Gietrzwałd / © CC BY-SA 4.0/Mazaki
Razones para creer:
- La investigación oficial comenzó incluso antes de que terminaran las apariciones. Los tres médicos (dos católicos y uno protestante) que examinaron a las videntes fueron unánimes: su salud física y mental era perfecta. Es más, observaron en ellas cambios fisiológicos en el momento de las apariciones que serían imposibles de fingir.
- El propósito de un engaño semejante sería difícil de entender ya que confesar la fe católica era entonces objeto de graves problemas y persecuciones. La hipótesis de una estafa es poco creíble.
- La Iglesia católica era extremadamente prudente con los llamados fenómenos inexplicables. Sin embargo, la investigación terminó muy favorablemente y el origen sobrenatural de las apariciones fue reconocido posteriormente por la Iglesia.
- Los ocupantes prusianos hicieron todo lo que estuvo en su mano para detener el suceso, pero fue en vano. A pesar de la hostilidad del régimen comunista polaco en el siglo XX, el número de peregrinos no ha disminuido.
Resumen:
Gietrzwald, 1877. Este pueblo de 2.000 habitantes pertenece a la región de Warmia-Mazury, en el noreste de la actual Polonia, tradicionalmente católica pero anexionada a la Prusia protestante desde hacía casi un siglo. La década de 1870 a 1880 fue una época de vejaciones y discriminaciones sistemáticas contra los católicos polacos por parte del canciller Bismarck, en el marco de su política de Kulturkampf ("lucha por la civilización"): encarcelamiento de obispos y sacerdotes, expulsión de congregaciones religiosas, prohibición de la lengua polaca en escuelas y oficinas gubernamentales desde 1873, etc.
Sin embargo, la fe de los polacos permaneció intacta y su vida espiritual no decayó. Las familias de las dos videntes de Gietrzwald son buenos ejemplos: fieles a la Iglesia, unidas, cariñosas y abiertas al sufrimiento de los demás, incluidos los protestantes. La devoción mariana ha sido fuerte aquí durante varios siglos.
El 27de junio de 1877, Justyna Szafrinska,de 13 años, huérfana de padre y empleada en una granja avícola para ayudar a su empobrecida familia, sin nada que la distinguiera de sus compañeras de juego, regresaba de la iglesia donde el cura del pueblo le había recibido a ella y a su madre como parte de la preparación para su comunión. Nada más salir del edificio, Justyna y su madre se pusieron a rezar a cien metros de un arce: acababa de sonar el Ángelus. De repente, la niña levanta la vista hacia el árbol, donde ve algo insólito que la atrae: una "luz blanca" que "crece", revelando pronto una "figura humana" en el centro, una mujer de gran belleza, acompañada por un "ángel". Justyna quiere gritar, pero no puede. Corre hacia su madre, que ya se ha ido y no ha visto nada. Le dice: "Hay una bella señora, con una larga y hermosa cabellera que le cae sobre los hombros ; está sentada en un trono de oro".
Alertado por los gritos de Justyna, el sacerdote se unió a ellas. Pero ni él ni su madre pudieron ver nada. Se abandonó la hipótesis de una alucinación colectiva ya que sólo dos niñas (Bárbara sería la segunda vidente al día siguiente) vieron a la Virgen. Al día siguiente, 28 de junio, Justyna rezó el rosario con sus amigas a pocos metros del arce donde la Señora se había aparecido el día anterior. De repente, la Virgen se apareció de nuevo, siguiendo el mismo esquema: una luz blanca seguida de una "materialización" corporal. Esta vez, una de sus amigas, Barbara Samulowska, de 12 años, también la vio: rodeada de "ángeles" y con una "corona".
En sólo tres meses se produjeron nada menos que 160apariciones. El 3 de julio, la aparición dijo a las niñas: "Estaré con vosotras otros dos meses". La última aparición tuvo lugar el 16 de septiembre de 1877.
Los mensajes recibidos fueron pocos y perfectamente conformes a la fe de la Iglesia: llamaban al rezo diario del rosario (mensaje del 30 de junio), a la oración y a la conversión. No se mencionaba ninguna novedad teológica o litúrgica. La aparición no se produjo en alemán ni en polaco puro y académico, sino en el dialecto regional, muy diferente de los demás dialectos polacos.
Como en otras apariciones marianas importantes, la identidad de la aparición no se conoció inmediatamente. Hubo que esperar hasta el 1 de julio para que la Señora revelara su nombre: "Santísima Virgen Inmaculada". Evidentemente, este nombre recoge el dogma de la Inmaculada Concepción proclamado por la Iglesia en 1854.
La aparición invitó a los fieles de la región a rezar cada vez más por el fin de la persecución prusiana de los católicos. Lo extraordinario es que, a pesar de la intimidación prusiana (repetidas restricciones a las peregrinaciones, encarcelamiento del párroco de Gietrzwald durante cinco días, expulsión de los videntes del pueblo, prohibición de reuniones en el lugar de la aparición, etc.), el flujo de fieles nunca se detuvo y las dos niñas nunca contaron nada distinto de su primer relato del 28 de junio de 1877.
El 6 de julio, la Virgen pidió "un templete bajo el árbol [donde se manifestó], con una estatua de la Inmaculada Concepción, con paños colocados al pie del templete", para que fueran bendecidos por ella y distribuidos a los enfermos que los solicitaran; en los días siguientes, se registraron curaciones inexplicables y su número fue en aumentó con el paso de las semanas. Los informes médicos confirmaron estos prodigios.
El 6 deagosto de 1877, monseñorFilip Krementz, obispo de Warmie, ordenó una investigación; varios sacerdotes interrogaron a Justyna y Barbara, así como a la población local y al párroco. Su informede 47 páginas, muy favorable, fue transmitido al obispo, que acudió personalmente al lugar. Se reunió con las dos videntes y las entrevistó juntas y por separado. Por orden suya, tres médicos (dos católicos y un protestante) examinaron a las niñas e informaron de algo que desmentía cualquier posibilidad de fraude o engaño: durante las apariciones, los rostros de las niñas cambiaban, al igual que varios indicadores fisiológicos: su pulso se aceleraba, las extremidades de sus cuerpos se enfriaban, sus ojos se fijaban por completo... Estos parámetros volvían inmediatamente a la normalidad cuando terminaba la visión.
Los tres médicos investigadores juzgaron a las dos chicas "discretas, sencillas, naturales y desprovistas de cualquier forma de doblez". El tiempo confirmó su juicio: ambas se convirtieron en Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Justyna dejó su congregación para casarse con un francés en París en 1899, pero vivió como cristiana durante toda su vida. Bárbara siguió siendo monja y fue enviada como misionera a Guatemala, donde murió en 1950 en olor de santidad. En 1950 se abrió una causa para su beatificación.
El 8 de septiembre, casi 50.000personas (entre lituanos y alemanes) acudieron al lugar; ese día, la aparición señaló un manantial cercano al arce. Los médicos locales observaron que las personas aquejadas de diversas enfermedades recuperaban la salud tras extraer un poco de agua del manantial. No menos de 15.000 personas acudieron al pueblo el 16 de septiembre, día de la última aparición. Bismarck declaró: "No podemos tolerar ningún Lourdes en el Imperio".Fracasó en Gietrzwald como había fracasado en Marpingen (Alemania, Sarre) en julio de 1876, después de que la Virgen se hubiera aparecido allí.
El obispoKrementz dejó que se desarrollara el culto, autorizó las peregrinaciones y la distribución de mensajes, sin intervenir ni pronunciarse sobre el origen sobrenatural de las apariciones, actitud dictada por la prudencia en una época de persecución: los prusianos habrían tomado inevitablemente tal reconocimiento como una afrenta.
Durante un siglo, la peregrinación continuó y ganó en renombre, a pesar de las vicisitudes de la historia. El 10 de septiembre de 1967, cuando Polonia aún estaba bajo el régimen comunista, los cardenales Stefan Wyszynski (Primado de Polonia) y Karol Wojtyla (Arzobispo de Cracovia, futuro Papa Juan Pablo II) coronaron la imagen de Nuestra Señora de Gietrzwald. El 2 de julio de 1970, el Papa Pablo VI elevó el santuario mariano fundado en el lugar de las apariciones al rango de basílica menor.
Finalmente, el 11 de septiembre de 1977, en el marco de las celebraciones del centenario de las apariciones, presididas por monseñor Karol Wojtyla y en presencia del cardenal Wyszynski, el obispo de Warmie, monseñor Jozef Drzazga, promulgó un decreto en el que declaraba las apariciones de 1877 "auténticas y dignas de fe".
En la década del 2000, el pueblo acogía a un millón de peregrinos al año, cifra que se mantenía en 2017.
Ir más lejos:
René Laurentin y Patrick Sbalchiero, "Gietrzwald", en Dictionnaire des apparitions de la Vierge Marie, París, Fayard, 2007, p. 389-390.