La "persecución" de Dios de Khadija

Khadija estaba tan profundamente unida a su familia como al Islam. Sin Dios, la vida no tenía sentido para ella. Estudiante brillante de ingeniería y practicante seria del Islam, desarrolló cierta racionalidad, así como valores cristianos, como el amor al prójimo. Cuando llegó a Francia en 2020, conoció a su futuro marido. Ambos buscaban a Dios, y fue él quien primero comprendió la verdad de la Biblia y el "engaño" del Corán. Él le inculca la duda, pero Khadija se niega al principio: le parece imposible negar toda su vida, toda su identidad, su familia...

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Razones para creer:

Desde niña, Khadija se preocupó seriamente por la salvación de otras naciones que no tenían la suerte de conocer el Islam. Por ello, es totalmente sincera en su preocupación por los demás, al margen de la religión que le enseñaron.
Khadija está muy apegada a Dios y practica su religión con placer, en casa, sin ostentación. No tiene ninguna razón a priori para cuestionar el Islam.
Al principio, Khadija está segura de que su prometido descubrirá "la verdadera fe". Lo hará, pero no de la forma que ella entiende.
Muy apegada a su madre, tiene especial interés en no decepcionarla y promete no abandonar el islam, la religión que la ha construido y forjado durante toda su vida. Además, ¿cómo podría vivir sin Dios? Sin embargo, va en contra de este compromiso al unirse a Cristo.
Khadija es una persona sensata, racional; necesita argumentos rigurosos, cartesianos. Su búsqueda de la verdad es coherente y razonable. Por tanto, le resulta imposible creer en Jesús basándose únicamente en opiniones externas: los testimonios de conversión de otros musulmanes no le bastan.
Así pues, lleva a cabo su propia investigación histórica, estudia los aspectos jurídicos y científicos del Corán y los hadices, y descubre la coherencia de la Biblia.
Al final de su búsqueda racional, su "persecución de Dios", pidió una señal y recibió dos sueños que acabaron por convencerla. Sólo al cabo de seis meses se convirtió completamente a Cristo.

Resumen:

Nacida en Casablanca (Marruecos), Khadija sentía una gran curiosidad por Dios y cuestionaba mucho a sus padres.

Al crecer, Khadija se dio cuenta de la suerte que tenía de vivir en una familia musulmana, porque el islam es el único camino hacia la salvación. Le preocupan las naciones lejanas cuyos habitantes no tendrán la oportunidad de salvarse. ¿Cómo puede Dios permitir esta injusticia? Cuando se lo pregunta, su madre responde que si todo el mundo se comportara bien, si no hiciéramos a los demás lo que no nos gustaría que nos hicieran a nosotros, todo el mundo se salvaría. Esto tranquiliza a Khadija, que entonces se esfuerza por vivir estos valores y amar a Dios con todo su corazón, sintiéndose siempre afortunada de estar en "la verdadera religión".

Cuando su padre murió a los 14 años, Khadija se volvió anoréxica. Su madre cuidó muy bien de ella y Khadija se aferró a Dios, defendiendo siempre los valores de su madre, que se despojaba de sí misma por los demás y amaba al prójimo. Khadija disfruta del Ramadán y de sus oraciones diarias, pero rara vez va a la mezquita. Dios está en su corazón.

Tras comenzar sus estudios en Marruecos, Khadija quiere continuarlos en Francia y empieza a preparar su partida. Antes del largo viaje, su madre le hace una promesa: "Haz lo que quieras, pero no dejes el Islam". Khadija responde: "No te preocupes, el día que deje de ser musulmana será el fin del mundo, ¡o me volveré loca!". Khadija ha estado muy unida a Dios desde muy joven, y vivir sin él es inconcebible para ella.

Khadija llegó a Francia con veinticuatro años para estudiar ingeniería. Conoce a Olivier, de familia católica, que se pregunta por Dios. Se hacen amigos y Olivier es la única persona con la que Khadija puede hablar de Dios y de espiritualidad, un tema muy cercano a su corazón. Olivier cree en Jesús como profeta y piensa que todas las religiones hablan del mismo Dios, al que ve muy lejano.

Olivier la invita a su familia y van juntos a las misas de Navidad y Pascua. Khadija se conmueve ante el fervor de los que rezan. Sin embargo, sigue rezando a la manera islámica, sobre todo para que todas las personas que están en el error vuelvan a la verdadera religión. Se dice a sí misma: "Toda esta pobre gente, que se levanta los domingos, hace un esfuerzo con su vestido, canta a Dios, ¡qué desperdicio!"

Khadija y Olivier se trasladan a Toulouse para realizar sus prácticas de fin de estudios. Liberada de sus estudios y exámenes, Khadija empezó a rezar cada vez más. Intrigado y todavía en busca de Dios, el que iba a ser su marido compró una Biblia. Paradójicamente, Khadija se alegró mucho de leérsela a su prometido. En efecto, como ella sabía que "la Biblia estába totalmente corrompida" , que "había sido modificada para añadir mentiras", estaba segura de que Olivier se daría cuenta de ello, que volvería al Corán y a la verdadera fe, y que su madre estaría encantada.

Leyendo el Antiguo Testamento, Olivier empezó a desarrollar una gran deferencia hacia Dios. Leyó toda la Biblia en menos de un año. Observó los debates entre cristianos y musulmanes. Se dio cuenta de que los musulmanes manipulaban la verdad. Un día llegó a casa del trabajo y acusó al Dios de Khadija de ser el diablo. Le enseñó los hadices sobre el matrimonio del Profeta con una niña de seis años. Khadija lo niega todo y, durante tres meses, se niega a hablar del tema con Olivier, a pesar de los intentos de su futuro marido. Comienza un descenso a los infiernos, atraviesa una crisis de identidad, teme que Dios la haya abandonado y que el diablo esté utilizando a Olivier para alejarla de la verdadera fe.

Khadija empieza a buscar en Internet y descubre testimonios de ex musulmanes que se han convertido tras ver u oír a Jesús. Estos testimonios son sorprendentemente ciertos. Khadija rompe a llorar profusamente, incluso en el trabajo. Confiesa: "Llevaba demasiado tiempo jugando a perseguir a Dios, ¡y no corría lo bastante rápido!"

Le promete a Olivier que seguirá investigando. Él es paciente, pero siente que el Espíritu Santo le susurra que va a tener que elegir entre él y ella. Khadija pide un poco más de tiempo y empieza a leer el Nuevo Testamento. Se sintió abrumada por la lectura de los Evangelios, cuyas recomendaciones resonaban perfectamente con su educación: ama a tu prójimo, no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti, no envidies ni tengas celos, no mientas, etcétera.

Pero, ¿no se había falsificado la Biblia? Khadija se puso entonces a deconstruir al profeta Mahoma. Viendo vídeos en YouTube que mostraban los disparates y horrores del Corán y los hadices, fue viendo surgir el verdadero rostro del profeta: rodeado de esclavas sexuales, casado con una niña pequeña, tomando por la fuerza a la judía Safiyah, a cuyo padre, hermano y marido mató, antes de tomarla como esclava sexual.

Después del profeta, hubo que deconstruir el Corán. El capítulo sobre el divorcio y el matrimonio con niñas prepúberes le repugnaba sobremanera. Entonces se dio cuenta de que los terroristas del Bataclan seguían al pie de la letra el Corán y los hadices.Khadija se inspiró en Nabeel Qureshi y su libro Seeking Allah, Finding Jesus (En busca de Alá, en busca de Jesús). Estaba agradecida de poder leer el árabe y el Corán en su texto original, y estaba convencida de que las traducciones al francés y al inglés habían sido suavizadas para ocultar la verdad.

Como buena científica, Khadija se pregunta por la verdad histórica de Jesús y se da cuenta de los disparates científicos y jurídicos del Corán. No puede imaginar que Pedro, crucificado cabeza abajo, hubiera aceptado esta tortura por una mentira."Dios me había noqueado", dice.

Algún tiempo después, ella y Olivier fueron a una iglesia evangélica y conocieron a una hermana que le habló de la fiabilidad de la Biblia. ¿Cómo era posible que cuarenta autores diferentes, que vivieron en épocas distintas y no se conocían entre sí, hubieran escrito un libro tan coherente?

A pesar de su racionalidad, y sabiendo que muchos conversos se han beneficiado de señales sobrenaturales como sueños o visiones, pidió al cielo una señal que fuera más allá de su entendimiento. Tuvo su primer sueño, en el que veía una cruz en medio de un campo. Khadija sintió un gran temor por su familia. Al día siguiente, en un segundo sueño, una voz le dijo: "No te preocupes, tu madre y tu hermano se salvarán".

Hoy, horrorizada por el Islam e irritada por su propia ceguera -que duró tanto tiempo- ante lo que ella llama un "engaño", Khadija infunde dudas sobre el islam a sus colegas. Aún no ha dado el paso del bautismo, porque todavía no se ha atrevido a comunicar a su madre su elección.

Camille Mino di Ca acaba de bautizarse y convertirse a los cincuenta años. Apasionada de las historias de conversión y de la vida de los santos, escribe para Hozana y otras publicaciones. Escribe biografías, poesías y canciones.